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martes, 17 de septiembre de 2013

literatura de ideas : consejos de un sabio

Llevaba tiempo buscando 'Ciencia ficción, guía de lectura' deMiquel Barceló.
Ahora que por fin lo he encontrado y devorado ansioso, he podido colocarme en disposición de seguir sus consejos :  centrarme en historias cortas y en autores clásicos que desconocía.
Y es que como el propio creador de la guía dice:

'Para mí y muchos de sus lectores la ciencia ficción  es, esencialmente, una literatura de ideas.Inevitablemente esas ideas encuentran a veces un mejor acomodo en los relatos breves y en las novelas cortas donde se puede explorar la riqueza especulativa de una ideas sin necesidad de completar la trama con personaje y situaciones secundarias'
Miquel Barceló.Ciencia ficción, guía de lectura

Y así he leído Lo mejor de los premios nébula I y II editados por Ben Bova. Incluye relatos de Úrsula K Leghin, James Tiptree, Jr (mujer con una biografía sorprendente), el archiconocido - ahora, no en los ochenta y que gana en las distancias, digo cuentos, cortos- George RR Martin, Robert Silverberg y otros. Digo 'otros' porque entre los relatos elegidos por votación por una parte de los propios agraciados por los nébulas que son en el fondo una especie de premios de la propia academia de ciencia ficción, unos premios óscar para entendernos, hay niveles muy desiguales. Quizá la dificultad técnica y el prestigio sean más valorados por los propios escritores de lo que la cita acerca de la 'literatura de ideas' de Barceló dé a entender.  Además he leído los cuentos incluidos en 'El salón del trono de los reyes marcianos y otros relatos' de John Varley, amén de novelas cortas como Slan de A E. Van vogt - acabado con ciertas dificultades -y 'escudo invulnerable' de Paul Anderson (esta última ejemplo de cómo centrar una novela en una única idea original, terminando en un panfleto político )

Pero he dado la razón al maestro en más cosas, por ejemplo, el claro declive de algunos escritores clásicos cuando se vuelven añosos. Léase El último teorema de Arthur Clarke y el recientemente fallecido Frederick. Pohl. Un esbozo de libro plano y mal resuelto, cuya breve introducción por parte de ambos autores es más interesante que sus más de 500 páginas.(Sigues siendo un héroe para mí, Clarke, no lo dudes)

Puedo decir con satisfacción que la lectura de la guía me ha reforzado en el deleite de leer ciencia-ficción - son más de 25 años desde que leí 'compre júpiter de Asimov -, me ha dado pistas para afianzar y dirigir lecturas y me ha quitado, si me quedaban, cualquier complejo como lector de libros de 'literatura de ideas'.

martes, 3 de septiembre de 2013

The lost continent : las pequeñas cosas de los USA

Acabo de terminar 'The lost continent: travels in Small town America'
Como cualquier libro de su autor Bill Bryson,  al que descubrí con 'viaje a las antípodas', libro de viajes por Australia, está lleno de vida, de humor y de reflexiones que como un poso van creando una idea general sobre los lugares y la idiosincrasia de los lugareños. Este libro narra los viajes del autor en el viejo Chevy de sus padres justo al final de la década de los ochenta, con R. Reagan en el poder en los Estados Unidos. Me ha recordado algo que decía Guillermo Fesser en 'A 100 millas de Manhattan' sabemos lo que los americanos nos cuentan de ellos mismos a través de cine y noticias, pero no tenemos idea - los que no somos viajados - de su día a día y de las colosales dimensiones naturales del país donde viven (y menos, añado, un isleño como yo). Además cuando uno habla de sí mismo lo hace de lo notorio, las grandes ciudades, los paisajes más impresionantes, los crímenes más terribles, los errores que nos marcaron; pero no de carreteras secundarias,  pequeños rincones y las manías que nos caracterizan. Esto y más vas a encontrar en el libro de Bryson. Hay también dosis de mala leche y una fecunda labia para describir ese espacio interior imaginativo, tan imbricado con la realidad y tan absolutamente distanciado a veces. como cuando añade diálogos hilarantes que solo a posteriori reconocemos producto de su imaginación. Oculto tras muchas pequeñas críticas hay un amor por esos inabarcables espacios abiertos, la naturaleza indomable y esa historia común sumergida a veces por el afán de ganar dinero arrasando edificios victorianos de significación histórica o simplemente bellos rincones para ganar más dinero con cadenas de hamburgueserías y centros comerciales todos iguales unos a otros.


La inmensidad del territorio


"Vengo de 'Des Moines' , alguien tenía que venir de allí"
Un ejemplo de que la traducción literal no capta toda la idea - y menos la humorística -


lunes, 2 de septiembre de 2013

Pequeñas desastres librescos

Prometía algunas anécdotas sobre los libros del verano. Empecemos por 'las pequeñas picardías' que los compradores compulsivos sufrimos en las librerías

Observemos por ejemplo con qué baja calidad se editaba a veces incluso grandes clásicos como SLAN de A. E. Van Vogt, comprado a 3 euros.


Páginas impresas unas encima de otra - en ocasiones ilegibles - y otras saltadas en blanco

Muy curioso el caso de este libro de una librería de viejo en Salamanca. El más caro de los que allí compré y  ¡lo habían obtenido de un bookcrossing!
Negocio redondo el de esta librería.


La de cosas que puede uno enterarse cuando comienza a leer los libros, sobre todo si no  los ha hojeado convenientemente.
Por ejemplo, este auténtico clásico que llevaba tanto tiempo esperando leer, la 'guía de lectura de la ciencia ficción' de Miquel Barceló. Había dos ejemplares en la librería de Barcelona donde lo compré. Uno de ellos bien conservado cuyo precio era de 72 euros y que devolví a los estantes en cuanto llegué a la caja y lo averigüé. Al lado de donde lo saqué figuraba un compañero ajado, a solo 18 euros.Lo cogí raudo y lo pagué.
Ahora, tras leerlo, compruebo que lleva sellos de la biblioteca de foral de Álava, ninguno de ellos anulado.


En fin, pequeñas burlas del destino que un lector ha de sufrir .